Ocurrió
cuando estaba frente al espejo; era una de esas ocasiones donde no puedes dejar
de ver tu figura visualizando todo lo que te gusta o no.
Mi cuerpo representaba
mi joven edad de 17 años, aunque no recuerdo exactamente cuándo nací.
Nunca celebré
un cumpleaños, no tenía un lugar donde hacerlo y siempre era lo mismo: visitas
al hospital psiquiátrico, personas extrañas que cuidaban de mi, encierros,
ruidos y voces raras.
Mire
fijamente mis ojos; me deleite con la contracción de mis pupilas y empecé a
recordar lo poco que aun guardaba en mi mente. Para mi desgracia, la mayoría
aún incrementan mi odio.
Los
recuerdos de la infancia están muy claros, recuerdo cada una de las veces en
los que me encerraban en ese cuarto lleno de espuma, recuerdo los maltratos,
las torturas y las veces en que mi madre lloraba y gritaba ahogadamente, llena de
golpes y rasguños que ella misma se hacía. Pero no recuerdo
su cara, y tampoco tengo clara ninguna caricia…Supongo que la responsable es la
terapia con electricidad.
Siempre pensaron
que mi madre estaba loca, y cuando asesino a mi padre y a mi hermana no dudaron
en meterla a este hospital. Tenía 5 años cuando la vi hacerlo…en las noches
puedo escuchar los gritos desesperados, incluso la delicada música de una
cajita que mi madre me dio ese día diciendo en voz baja que todo estaría bien.
Después de
eso, no tengo claro muchas cosas. Solo recuerdo que escuchaba voces, que me
decían que ella era mala…no sé cuando mi madre comenzó a comportarse así…y no tengo
idea de porque la asesine. Pero si recuerdo, lo hermosa que se veía la sangre
en mis manos.
No sé cuánto
tiempo siga encerrada aquí.
Pero aún
escucho esas voces…que me siguen diciendo que debo hacer.
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